Gratis

 

Cascos 3D Mirando Jugando Adictos El correo es muy caro Imprimir Gratis Copias Cookies Buscadores Conversaciones Música clásica

 

 

Gratis, pero no totalmente

BBS - Buletin Board Service: Servicio de tablón de anuncios: un sistema que permitía conectarse a un ordenador y entrar, a través de una serie de menús, en los servicios que ofrecía. Para lograr la conexión se necesitaba marcar su número propio de teléfono, al cual estaba enganchado su módem. Esto suponía una llamada de larga distancia para muchos usuarios. Cada BBS tenía sus propios requisitos de conexión y su sistema particular de almacenar la información y acceder a ella. Actualmente en desuso por el auge de Internet.

Freeware: Son programas gratuitos, es decir, que su uso no implica ningún coste.

Postware: El creador del programa solicita una tarjeta postal.

Shareware: Programas cuya distribución es gratuita, a efectos de verificación. Hay un periodo de prueba, generalmente de unos 30 días para poder comprobar las cualidades del mismo. Tras este periodo, aparece un mensaje que indica la necesidad de registrarse cada vez que se ejecuta el programa o alguna de sus funciones, e incluso algunos dejan de ser operativos. En ocasiones, el programa shareware tiene algunas limitaciones que desaparecen en la versión completa o registrada.

Registrar: Indicar los datos personales a la compañía o creador del programa. Esto les permite disponer de un listado de usuarios legales del programa e informarles de novedades, actualizaciones y nuevos productos. Normalmente se necesita registrar un programa para tener acceso a consultas y servicio técnico, así como a las actualizaciones.

ENLACES

www.shareware.com

www.tucows.com

www.download.com

 

La red tiene sus propias normas y peculiaridades. Una vez localizada la información de un producto éstos pueden llegar directamente a nuestra ordenador.

Internet permite que un producto cualquiera sea visible desde cualquier parte del planeta. Y que se pueda encargar desde la comodidad del hogar o la oficina, sin que la lejanía suponga un coste añadido. Pero a la hora de recibir el producto en sí, el sitio de procedencia impone no sólo cierto desembolso adicional, sino, más importante, un importante retraso en la entrega.

Pero hay importantes excepciones a esta regla. Así, hay productos y servicios que pueden llegar a nuestra computadora fácilmente, sin necesidad (casi) de esperar. Con una conexión rápida, el producto deseado sale inmediatamente del destino y llega a nuestro disco duro. Música, imágenes, ya sean estáticas o incluso vídeos, y programas tienen en común su capacidad para poder ser almacenados en forma digital. Lo cual les hace adecuados para ser transferidos mediante Internet.

La música, que puede ser grabada y enviada digitalmente, es uno de estos productos, del cual nos ocuparemos en un próximo boletín. Pero antes de que algunos avispados se plantearan siquiera la posibilidad de transferir música, ya existían servicios para mandar, o más bien recoger, programas y llevarlos a nuestro ordenador. Inicialmente mediante CDs, o a través de una BBS, los usuarios tenían la ocasión de elegir un programa y probarlo, sin realizar desembolso alguno. Al no existir medio físico, la caja, el disco, el CD, los manuales, etc., se disminuyen -por no decir se anulan- los costes de distribución.

Pero no todos los productos pertenecen a la misma categoría. La distribución es gratuita, pero, en muchos casos, no así el producto. Hay diversas categorías diferentes: shareware, freeware, postware, que tienen diferentes reglas de uso y aceptación del producto. No hay posibilidad de engaño. Cada producto indica claramente si es de tipo shareware o freeware. Sin necesidad de saber apenas inglés, resulta claro las condiciones de uso y el coste, si existe, que tiene el producto una vez acabado el periodo de prueba, así como las condiciones para efectuar el pago.

Para garantizar que no se trata de una estafa, los programas shareware suelen estar adscritos a asociaciones que garantizan los derechos del comprador si no queda satisfecho con el producto. De hecho, resultan un medio ideal para crear y distribuir programas sin necesidad de crear una costosa infraestructura.

El periodo de prueba permite realizar, sin coste alguno, una completa evaluación del programa. Pasado este periodo, debe borrarse el programa o adquirirlo. El coste de los programas shareware varía de un producto a otro, pero está en un entorno de entre 5 y 35 dólares. Lo que supone un coste realmente moderado y asequible a cualquier bolsillo. Como referencia internacional se utiliza el precio en dólares, aunque también se pueden encontrar una buena colección de programas nacionales.

Algunos importantes programas han nacido así, y se han desarrollado y mejorado gracias a los ingresos obtenidos. E, incluso, ha servido para formar una compañía que se encargara del producto.

Los programas shareware no son, en modo alguno, sinónimo de baja calidad o programas de aficionados. El popular Winzip (www.winzip.com) , actualmente en su versión 8.0 y del cual se han distribuido millones de copias, es un buen ejemplo. Por 29 dólares se puede adquirir un excelente programa de gestión de archivos comprimidos.

El mejor argumento para pasar por caja y registrar un producto shareware proviene de un manual de uno de los productos: algunos programadores y sus familias viven de ello. Y un par de factores adicionales. Además de la satisfacción de saber que su producto es interesante para un buen número de usuarios, con un gran parque de instalaciones, hay mejor motivación para mejorar el producto. Lo cual redunda, a su vez, en el usuario.

Además, en muchos casos, las actualizaciones del producto durante un cierto tiempo, normalmente un año, son gratuitas. Y le serán notificadas a todos los usuarios registrados. Así que, sin ningún esfuerzo adicional, podrá mantener sus programas actualizados.  Envía tus comentarios

 
 

Atrás Principal Arriba Siguiente Novedades Contacto

 

Chile - Iquique - Mejillones - Antofagasta - Perú

Jueves, 04 de Abril de 2002